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LA PROSTITUCIÓN : causas y consecuencias

Causas y Consecuencias Muchas son las causas para que una persona se vea involucrada en el ejercicio de la prostitución. También los efectos de tal actividad son variados. Se puede ubicar las raíces de esta actividad en las condiciones materiales de existencia de quienes la ejercen, así como en factores de índole psicológica. Algunas de las causas Desempleo y subempleo Muchas personas poseen empleos permanentes con ingresos suficientes que les permite cubrir sus necesidades e incluso un eventual ahorro; en cambio otros, poseen oficios eventuales o pasajeros, donde las ganancias son inciertas, por lo que deben recurrir a otras fuentes de ingreso. También se encuentra el desempleo, en el cual es más notable la incapacidad para asumir gastos. En muchas familias con esta dificultad se pone de manifiestos la obligación de efectuar diversas tareas y con ingresos insuficientes. En muchos casos la madre e hijos se tienen que dedicar a ventas ambulantes al detalle, ofrecer sus servicios como trabajadores del hogar o trabajos en constructoras mal remunerados. Las hijas se ven expuestas a situaciones más críticas, poco habilitadas para trabajos que generalmente se designan a varones, se ven forzadas a aceptar cargos como meseras, auxiliares de oficina, y otros en los cuales las posibilidades de mejorar sus condiciones de vida son escasas, e incluso muchas veces se inclinan por otras actividades como la "venta de su cuerpo". Pobreza y condiciones de vida "La pobreza está asociada a un estado de necesidad, carencia o privación de los bienes y servicios necesarios para el sustento de la vida; también está vinculada a la falta de participación activa en las decisiones colectivas, la marginación social, actitudes de desaliento y la adscripción a una escala de valores diferenciada de alguna manera del resto de la sociedad" (IV Conferencia Mundial sobre la mujer, Beijing 1995: 26). La pobreza, en gran parte de los casos, es el punto de partida para que una persona llegue a la condición de los trabajadores sexuales comerciales: el mayor número de menores, adolescentes y jóvenes prostituidos proviene de los estratos bajos de la sociedad. Sin embargo, esto no es suficiente como explicación causal, pues no toda persona indigente se prostituye. A la situación de pobreza se suman otros factores predisponentes. Puede verse, analizando el caso particular de la pobreza, que producto del acceso restringido al mercado laboral, la condición de vida de los miembros de las familias empobrecidas se ve seriamente afectada. Esto se traduce en las siguientes características: hábitos alimenticios precarios, vestimenta raída y precaria, carente muchas veces de los servicios básicos, educación inicial truncada, escaso acceso a los bienes de consumo, entre otros. Esto da como resultado una baja autoestima de las personas y una escasa y tergiversada visión de sus derechos y deberes sociales. De esta manera, las condiciones de vida se hallan condicionadas por el poder adquisitivo de los individuos. La pobreza implica un escaso poder adquisitivo, lo cual redunda negativamente en las condiciones materiales de existencia. Violencia y desintegración familiar Muchas veces se ha señalado esto como una causa principal, gran parte de prostitutas(os) provienen de hogares disfuncionales, donde había faltante de miembros como padre o madre (no significando que en toda familia donde falte una figura paterna existirá un miembro que se dedique a la prostitución, o que exista algún tipo de violencia tanto física como psicológica) En la violencia intrafamiliar, los hijos están más expuestos, porque ellos son los testigos presenciales de los ataques entre cónyuges. Los niños desde temprana edad se ven en situaciones que atentan contra su seguridad y desarrollo integral, y en el mayor de los casos, hasta contra su propia vida, por el abandono, la desnutrición y los golpes recibidos que afectan también su personalidad. Asimismo; la ausencia de uno de los padres y su eventual reemplazo por una madrastra o un padrastro, los conflictos internos, las presiones económicas y sociales, los desajustes emocionales, la sustitución de roles en los menores que deben asumir funciones impropias para su edad; afecta directamente al niño, quien crece carente de afecto y recibiendo toda la influencia negativa, lo que indudablemente conlleva traumas emocionales, inseguridad, baja autoestima, resentimiento y agresividad. Abusos sexuales La violación y otras formas de abuso sexual son una de las causas más comunes para que las personas opten por el camino de la prostitución, y de ésta no están libres los varones ni las mujeres. Según diversas fuentes consultadas, entre ellas la publicación de La Razón: "Llama la atención que gran parte de los casos de violación haya sido cometido en el seno de la familia por personas cercanas a los menores, sean éstos los padres, hermanos, primos, tíos, entre otros." (12 enero de 2001, pág A-24, ver Anexos). Lo anterior implica en muchos niños, niñas y adolescentes, verse expuestos a una iniciación sexual precoz, a relaciones incestuosas y, a los riesgos de una maternidad temprana y a la incorporación a la prostitución, lo que ocasiona su discriminación social y la marginación. Madres solteras Un embarazo en condiciones de dependencia de la familia por parte de la joven, puede conducir a su rechazo del propio núcleo familiar. El abandono del hogar es la salida inminente, y la prostitución, una secuela previsible. Esta situación se ve agravada cuando la joven carece de formación académica que le permita enfrentar la vida. Ser madre soltera puede ser, además de una causa, un efecto de esta situación. En este último caso, la vida de una mujer prostituta podría reproducirse en sus hijos(as). Sumando a lo anterior, sería necesario considerar otros aspectos de menor importancia, pero que también contribuyen a agudizar el problema de la prostitución, como la influencia de los grupos secundarios (amigos-as) o la captación de mujeres ingenuas, que ante propuestas de popularidad y fama con buena paga caen en la explotación sexual. Los anteriores factores se constituyen en predisponentes y precipitantes. Para las mujeres prostituidas, la maternidad supone una responsabilidad enorme y a la vez una razón de vivir; la situación puede sobrellevarse, aunque con muchos sinsabores. La depresión, por ello, es una moneda corriente en aquellos casos en que una mujer debe mantener sola a sus hijos, y la desesperación es también frecuente al no hallar una solución a la situación. Ninfomanía Se refiere a la exaltación del apetito sexual en la mujer. Es característico su insaciabilidad sexual y su búsqueda constante de nuevas relaciones sexuales. Suele ser una mujer inestable. En ocasiones la ninfomanía lleva a la prostitución. Sus causas son muy diversas, como por ejemplo, la falta de cariño paterno o materno en la infancia, neurosis, trastornos hormonales, debilidad mental, entre otros. "Es el equivalente femenino de la satiriasis. Sin furor uterino, andromanía, uteromanía, histeromanía, mesalinismo" (ALARCO, Claudio Ob. Cit: 258-9) La ninfomanía no es una cosa para tomar a broma, sino un estado patológico, causado por trastornos físicos o mentales. La ninfomanía no es lo mismo que promiscuidad sexual, porque la mujer promiscua escoge a sus compañeros. Aún cuando es posible que ella también pueda ser emocionalmente inestable, sus necesidades sexuales no son excesivas en forma inevitable. Por otra parte, la ninfómana sufre estado de intensificada excitabilidad genital, que la compele a desechar inhibiciones sociales o ideológicas y buscar el alivio a cualquier precio. La ninfómana puede aceptar dinero, o puede pagar por el placer así como insistir en que su pareja "cumpla su deber conyugal". Otras causas Las decepciones amorosas, el abandono de la pareja, el bajo nivel de instrucción, valores y normas (pérdida progresiva o afirmación con el grupo primario), y socialización de los roles sexuales. Algunas de las consecuencias Marginalidad y discriminación El individuo que se margina de la sociedad es impulsado por la exclusión que percibe en ésta. En ocasiones no se habla sólo de individuos, sino de grupos enteros que son marginados de la sociedad. La marginación es el producto de la discriminación ya que su actividad se halla estigmatizada y son considerados sujetos de ínfima categoría, siendo colocados en una situación pre delictual. Los trabajadores sexuales comerciales sufren un trato discriminatorio, no sólo por parte de la policía ya sea por los abusos de autoridad y extorsiones, sino también por los dueños de los locales, clientes que humillan y maltratan, por médicos y la sociedad en general, que según ellos los desprecian y estigmatizan como a los principales portadores de infecciones de transmisión sexual. Los trabajadores sexuales comerciales, por lo tanto, son compelidos a llevar una doble vida que es una constante para las personas, sean varones o mujeres, involucrados en la actividad de la prostitución, ya que separan de manera radical su vida laboral de su cotidianidad. De hecho, sus parientes más cercanos muchas veces ignoran la forma de solventar los gastos que tienen éstas personas. En el caso de las mujeres que vienen del interior, se contentan al enviar dinero periódicamente a sus parientes. Esta situación repercute negativamente la autoestima de ellas, ya que no pueden compartir abiertamente su vida con las personas más cercanas por llevar una vida despreciada, sucia y vetada por la sociedad, sintiendo que les resta valor y dignidad como seres humanos. A la vez, se dan cuenta de que pertenecen a la sociedad, pero no se explican por qué no merecen el respeto como personas. Ellas mismas tienen conciencia del ambiente negativo que les rodea, y perciben el maltrato y hostigamiento que les da la colectividad. Alcoholismo y drogadicción La persona crea su adicción a partir del consumo excesivo. El alcoholismo es una problemática que no sólo afecta al sector de la prostitución, pero sí reviste especiales características por el hecho de que los trabajadores sexuales comerciales desarrollan sus actividades en ambientes indisolublemente ligados al consumo de bebidas alcohólicas. Este consumo está aceptado en casi todas las culturas, y se le considera como una droga social. De hecho puede verse también al alcohol y las drogas como una causa, ya que muchas veces por la necesidad de dinero para conseguirlos, las personas pagan con su cuerpo o en su defecto consiguen dinero por medio de esta actividad para así poder comprar dichas drogas. El recurrir al alcohol y otras drogas es tan cercano a la vida de la prostitución como una forma de lidiar con los altos niveles de angustia que genera este entorno. Enfermedades venéreas Es importante señalar que las enfermedades venéreas no se limitan a prostitutas(os) y marginados, como muchas personas piensan. Cierto es que, por los distintos factores, las personas que se dedican a la prostitución y similares están más expuestas a adquirir una enfermedad de transmisión sexual, pero también es cierto que cualquier otra persona puede contraerlas, ya que no existe ningún tipo de inmunidad. Se contagian más por vía sexual que por vía sanguínea y perinatal; son factores de riesgo biológicos, sociales (drogas), culturales (lavados vaginales, múltiples parejas sexuales, prácticas sexuales que incluyan penetración anal o vaginal sin el uso del profiláctico). Los riesgos a los que se exponen los trabajadores sexuales comerciales (sobre todo las mujeres) varían desde los golpes hasta el atentado contra su vida y el asesinato. Según diversas notas periodísticas, algunas meretrices son secuestradas por un período de tiempo breve, violadas en ese lapso y arrojadas a la calle. Entonces puede decirse que la violación, los golpes y el asesinato, son los riesgos físicos a los que se exponen las personas que se involucran en esta actividad por unos billetes más.

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